viernes, 24 de julio de 2009

EL DINOSAURIO TONTO



En un remoto país, hace, muchos, muchísimos años, vegetaba, quiero decir vivía, (del cuento, se entiende,) Manoliño, un vejete dinosaurio que a duras penas había traspasado la barrera de su máxima edad útil.

Pero, a pesar de todo, era un superviviente nato. Modificó sucesivamente su alimentación, pasando de devorar de forma lo más cruel y sangrienta posible a todo rojo, demócrata u opositor a sus opiniones que se pusiera a tiro de la afilada dentadura ministerial del régimen “franquista” que orgullosamente ostentaba.

Cuando acabó el periodo glacial, mutatis mutandis, nuestro “amigo” acostumbró su dieta a las azules camisas viejas, fundando lo que se suponía iba a ser la forma democrática de sus anteriores postulados, compartiendo mesa, mantel y Constitución con algunos de los personajes que hasta hacía pocos años persiguió encarnecidamente.
En varias ocasiones más mudó la piel, manteniéndose firme en el virreinato, variando sucesivamente los hábitos alimenticios, según aconsejaran las encuestas electorales.

Finalmente, destronado en su manada por un animal más joven e igualmente ambicioso, se resiste a callar la boca en beneficio de la salud mental de la derecha española. Ahora resulta que el mayor error en la política exterior española de los dos últimos siglos, cometido por el inefable Moratinos, al vetusto gallego le parece un acierto.

Coño, haberlo dicho antes, que D. Francisco Franco te lo hubiera agradecido como mereces…